La salud intestinal es fundamental en todas las etapas de la vida, pues el tubo digestivo es nuestro laboratorio a través del cual obtenemos los nutrimentos presentes en los alimentos que comemos y que posteriormente mediante el proceso de nutrición (digestión y absorción) llegarán a través de la sangre a nuestras células del cuerpo.
Especialmente en los primeros años de vida es cuando se establece la microbiota intestinal, es decir, la comunidad de microorganismos que viven en nuestro tubo digestivo y que tienen un papel importante en nuestra salud.
Hasta el método de nacimiento (parto natural o por el contrario, parto por cesárea) puede determinar la «dotación inicial» de bacterias benéficas que recibimos, provenientes principalmente de la microbiota vaginal y de la piel de nuestra madre, pues recordemos que la cesárea al ser un procedimiento quirúrgico, también precisa de un tratamiento posterior con antibióticos, lo que merma dicha dotación inicial de microorganismos probióticos.
Por definición, los probióticos son microorganismos benéficos que se pueden encontrar en algunos alimentos o suplementos, y que nos ayudan a fortalecer nuestro sistema inmunológico.
Lo mejor es que también han demostrado ser eficaces en la prevención y tratamiento de diversas afecciones, como diarrea, estreñimiento, infecciones respiratorias y alergias.
La pregunta que surge entonces es: ¿a partir de qué edad son recomendables los probióticos en bebés y niños?
La respuesta no es sencilla, ya que depende de varios factores, como la edad del niño, su estado de salud y el tipo de probiótico que se requiera administrar.
En este blog vamos a tratar de responder a esta pregunta y a aclarar algunas dudas sobre los probióticos en la infancia.
¿Por qué los probióticos pueden ser especialmente útiles para los bebés y los niños que han tomado antibióticos?
Los antibióticos pueden matar las bacterias saludables en el intestino, lo que puede provocar algunos problemas digestivos, como la diarrea e inflamación, entre otros. Los probióticos pueden ayudar a reponer estas bacterias saludables. A éste efecto ahora se le denomina restauración de la microbiota intestinal (antes llamado «reforestación de la flora intestinal»)
Probióticos durante el primer año de vida:
Los bebés nacen con el intestino prácticamente estéril, es decir, sin microorganismos. Durante el parto y la lactancia, el bebé adquiere los primeros microorganismos de su madre y posteriormente, a través de su entorno. Es por ello que la leche materna es considerada el alimento más adecuado para los bebés, ya que contiene no solo nutrimentos, sino también anticuerpos y probióticos que ayudan a establecer su microbioma intestinal.
Los probióticos se pueden administrar a los bebés a partir de los primeros días de vida. En algunos casos, como los bebés prematuros y/o los que han recibido antibióticos durante el parto, es recomendable administrar probióticos para ayudar a restaurar dicha microbiota y prevenir infecciones.
En general, los probióticos que se encuentran de forma natural en la leche materna pueden ayudar a prevenir cólicos, diarrea y otras afecciones digestivas comunes en los bebés.
Pero alrededor de los 5 meses de vida comienza el proceso de ablactación (introducción de alimentos sólidos) y sabemos que no siempre es posible darles alimentos 100% naturales y/o saludables a nuestros hijos, por lo que a medida que los niños crecen, su sistema inmunológico se va desarrollando de diferentes maneras y su microbioma intestinal se va estableciendo. En esta etapa, los probióticos pueden seguir siendo beneficiosos.
Diferencia entre microbiota y microbioma
Microbiota hace referencia a la comunidad de microorganismos vivos residentes en un nicho ecológico determinado, como nuestro intestino. El microbioma se refiere al conjunto de microorganismos, sus genes y metabolitos que habitan en un entorno ecológico específico.
Ventajas de los probióticos en niños:
- Recordemos que cuando las bacterias probióticas se alimentan de fibra prebiótica, producen diferentes sustancias «de desecho» denominadas metabolitos, que para el huésped (en éste caso nuestros hijos y nosotros) son útiles y ahora se les conoce como postbióticos, entre los que se pueden encontrar:
Algunas vitaminas (como la vitamina K), algunas cadenas de aminoácidos (proteínas), algunos ácidos grasos esenciales (grasas buenas que el cuerpo no produce), algunos neurotransmisores (como el GABA y la serotonina) y algunas enzimas digestimas, confiriendo una mejor absorción de nutrimentos, lo que puede ayudar a asegurar que los niños obtengan lo necesario para su crecimiento y desarrollo.
- Reducción de las alergias: Hay algunas evidencias que sugieren que los probióticos pueden ayudar a reducir la incidencia de alergias en niños. Se ha demostrado que los probióticos pueden mejorar la respuesta inmunológica del cuerpo y reducir la inflamación, lo que puede ayudar a prevenir el desarrollo de alergias.
Un estudio publicado en la revista Pediatrics encontró que los niños que recibieron un suplemento probiótico en sus primeros seis meses de vida tuvieron una reducción significativa en la incidencia de eczema en comparación con los niños que no recibieron el suplemento. Otros estudios han encontrado resultados similares con respecto a la prevención de alergias alimentarias.
¡Y aún hay más!
- Hay evidencia emergente que sugiere que los probióticos pueden tener efectos benéficos en algunos trastornos neurológicos en niños.
Se ha descubierto que el microbioma intestinal tiene una conexión con el sistema nervioso central, lo que significa que los cambios en el microbioma pueden afectar la función neurológica.
Algunos estudios han encontrado que ciertas cepas de probióticos pueden mejorar la función cognitiva y la conducta en niños con trastornos del espectro autista (TEA).
También se ha investigado el uso de probióticos en niños con trastornos del estado de ánimo, como la depresión y la ansiedad, y se ha encontrado que pueden tener un efecto beneficioso en la función cognitiva y emocional.
Te invito a conocer y probar los probióticos de PAVIA que vienen vivos y metabólicamente activos gracias a dos tecnologías patentadas, que a su vez les ha significado premios nacionales en salud y tecnología:
1) La simbiósis sinérgica que generan entre sus diferentes cepas y los nutrimentos específicos que contienen, como Omega 3, colágeno, diferentes vitaminas como la vitamina D3 y del complejo B, entre otros.
2) Son los únicos en el mundo con presentación en Biogel (R) el cual logra replicar las propiedades biofísicas y bioquímicas del hábitat natural de los probióticos en nuestro organismo (la capa que recubre a nuestro tubo digestivo llamada «muscularis mucosae»)
Por tales motivos, a los probióticos de PAVIA se les puede denominar como: Simbióticos
Tú y tus seres queridos notarán la diferencia en poco tiempo ya que, gracias a dicha tecnología, logran restaurar tu microbiota intestinal en tan solo unas horas, mientras que otros probióticos con otras tecnologías tal vez lo logren después de semanas...
Los simbióticos que sugerimos para niños son: FreeTX y OM3
El FreeTX es excelente para una pronta restauración de la microbiota y el OM3 es de gran ayuda para nutrir al cerebro y reducir procesos inflamatorios en el organismo.