Trastornos de la conducta alimentaria. Anorexia y bulimia

Anorexia y bulimia

Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) constituyen un grupo de enfermedades biopsicológicas graves, multifactoriales, con un alto riesgo de mortalidad. Los factores culturales adquieren especial relevancia cuando se trata de entender cómo describe, minimiza, diagnostica y trata la sociedad esta condición. Los TCA más frecuentes son la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón, también conocido como comedor compulsivo.

 

El diagnóstico multidisciplinario temprano de los trastornos de la alimentación es la base para su tratamiento, donde la participación de la familia es fundamental para lograr su recuperación.

 

Los TCA son manifestaciones de una perturbación psicológica de la personalidad que pueden llegar a poner en riesgo la vida de las personas que los padecen. La Organización Mundial de la Salud ha clasificado la anorexia y la bulimia como trastornos mentales y del comportamiento. Afectan de forma característica a la población femenina entre los 15 y los 18 años, pero en la actualidad se observa un aumento de su aparición entre población masculina y edades más tempranas.

 

En los últimos años se ha incrementado el número de casos de pacientes pediátricos diagnosticados con un TCA, y se considera el principal problema psiquiátrico de la pubertad y adolescencia en ambos sexos. Este tipo de trastornos tiene impacto en la Salud Pública, tanto por los aspectos médicos y psicológicos, como por los altos costos económicos que su manejo requiere. Se estima que 3% de los adolescentes presentan anorexia o bulimia y que, probablemente, 6% padecen variantes clínicas.

 

Criterios diagnósticos de los TCA

 

Anorexia, bulimia y trastorno evasivo/restrictivo de la alimentación son los tres diagnósticos principales, los cuales están caracterizados por:

 

  • Anorexia: Restricción en la ingesta de calorías con relación a los requerimientos basales, lo que lleva a una pérdida significativa de peso. Además, los pacientes tienen alteración en la imagen corporal, con miedo excesivo de ganar peso.

 

  • Bulimia: Trastorno purgativo que consiste en comer una cantidad grande de comida en un periodo corto, con una sensación de pérdida de control que lleva a un comportamiento purgativo o compensatorio (como vómito, uso de laxantes, diuréticos, insulina, ejercicio); esta conducta se observa al menos una vez a la semana, durante tres meses o más.

 

Es de señalar que recientemente han existido cambios para identificar a estos pacientes. Los cambios más importantes en los criterios diagnósticos por el DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales 5ta. Edición) son la flexibilización de los criterios de anorexia y bulimia, como la presencia o no de bajo peso, el tiempo de evolución y la presencia o no de amenorrea (falta de periodo menstrual).

 

LA ANOREXIA NERVIOSA

 

Se manifiesta como una pérdida de peso excesiva por un ayuno autoimpuesto Se caracteriza por:

  • Pérdida de peso, generalmente pesan un 15 % menos de lo que les corresponde.
  • Miedo irracional a engordar y deseo obsesivo por adelgazar.
  • Distorsión severa de la imagen corporal, se ven gordos a pesar de estar por debajo del peso normal, o creen que una parte de su cuerpo es demasiado grasa.
  • Preocupación desmedida por el peso y la figura.
  • Realización excesiva de ejercicio físico.
  • Pérdida de varios periodos menstruales consecutivos.
  • Cambios en el carácter, irritabilidad, dificultad para exponer sus sentimientos, aislamiento.
  • Restricción en la ingesta de determinados tipos de alimentos, como la pasta o el pan, por considerarlos más calóricos, realización de ayunos y evitación de comidas con otras personas.
  • Negación del hambre, así como de cualquier problema relacionado con la alimentación.
  • Como consecuencia de estas manifestaciones las personas con anorexia llegan a situaciones tanto físicas como psicológicas, que ponen en riesgo su vida.

 

LA BULIMIA NERVIOSA

 

Se manifiesta principalmente por ciclos de atracones seguidos de conductas purgativas con la intención de compensar dichos atracones. Estas conductas purgativas pueden ser vómitos, abuso de laxantes, diuréticos o realización de dietas restrictivas. Se caracteriza por:

 

  • Episodios repetitivos de atracones seguidos de purgas.
  • Realización de ingestas muy rápidas y a escondidas, más frecuentemente por la tarde/noche.
  • Sensación de pérdida de control, de no poder parar de comer durante los atracones.
  • Distorsión de la imagen corporal.
  • Sentimiento de culpa posterior al atracón.
  • Realización de dietas muy rigurosas o ayunos con la intención de adelgazar.
  • Preocupación extrema por el peso y la figura.
  • Aspecto aparentemente saludable, suelen estar entre el peso normal o el sobrepeso, lo que hace muy difícil la detección precoz.

 

POSIBLES CAUSAS

 

Aunque no se conoce bien todas las causas sí que se puede afirmar que hay factores biológicos, psicológicos, sociales y culturales que facilitan la aparición de estos trastornos.

 

  • Factores biológicos: Hay factores biológicos que pueden hacer que una persona sea más vulnerable. Así mismo la adolescencia es la etapa de la vida más susceptible a padecer estos trastornos.

 

  • Factores psicológicos: Hay una serie de rasgos psíquicos como el perfeccionismo, la búsqueda de aprobación, el temor a la crítica, la baja autoestima, la depresión o la ansiedad, que facilitan la aparición de los TCA.
  • Factores culturales y sociales: Ser físicamente “perfectos” se ha convertido en uno de los objetivos fundamentales en nuestra sociedad, esta perfección se relaciona con un excesivo culto al cuerpo y unos cánones de belleza basados en la extrema delgadez y el cuerpo diez. Así, a través de los medios de comunicación y la publicidad se impone “la delgadez” como ideal y como sinónimo de éxito social y personal.

 

Signos y síntomas

 

En la Tabla 1 se describe el cuadro clínico que pueden mostrar los pacientes con TCA; por supuesto, los síntomas y signos anormales no se presentan en todos, dependen del tipo de trastorno y del tiempo transcurrido desde el inicio de la enfermedad hasta el momento de la evaluación.

 

Signos y síntomas de trastornos de alimentación

 

 Consecuencias de salud de la Anorexia Nerviosa:

 

En el ciclo de auto inanición de la anorexia nerviosa, el cuerpo es negado de los nutrientes esenciales que necesita para un funcionamiento adecuado. Por lo tanto, el cuerpo es forzado a disminuir todos sus procesos para conservar energía, resultando en consecuencias médicas muy serias, como las siguientes:

 

  • Disminución anormal en la frecuencia cardíaca y la presión arterial, indicando que el músculo cardíaco está debilitado. El riesgo de falla cardíaca incrementa a medida que la presión y la frecuencia cardíaca bajan.
  • Reducción en la densidad de los huesos (osteoporosis) que resulta en huesos débiles y frágiles.
  • Pérdida de músculo y debilidad muscular.
  • Deshidratación severa que puede resultar en falla renal.
  • Sensación de desmayo, fatiga y debilidad general.
  • Cabello y piel secas; la pérdida de cabello es común.
  • Crecimiento en todo el cuerpo, incluyendo la cara, de una capa fina de cabello conocido como lanugo en un esfuerzo de conservar el calor corporal.

 

Consecuencias de salud de la Bulimia Nerviosa:

 

Los ciclos recurrentes de atracones y purgaciones de la bulimia pueden afectar todo el sistema digestivo y llevar a un desbalance químico y electrolítico en el cuerpo que puede afectar las funciones del corazón y otros órganos principales. Algunas de las consecuencias médicas de la bulimia incluyen:

 

  • Desbalance electrolítico que puede llevar a latidos cardíacos irregulares y posible falla cardíaca y muerte.
  • El desbalance electrolítico es causado por deshidratación y pérdida de potasio, sodio y cloro por parte del cuerpo por resultado de las purgaciones.
  • Ruptura gástrica potencial durante los períodos de atracón.
  • Inflamación y posible ruptura del esófago debido al vómito frecuente.
  • Caries dentales y destrucción de los dientes debido al contacto con los ácidos estomacales durante el vómito frecuente.
  • Movimientos intestinales irregulares y constipación crónica como resultado del abuso de laxantes.
  • Úlceras pépticas y pancreatitis.

 

Manejo de los trastornos de la conducta alimentaria

 

Deberá ser personalizado y multidisciplinario. Los objetivos del tratamiento de los TCA son los siguientes:

 

  • Restaurar el estado nutricional con una alimentación apropiada al grupo de edad y situación social de cada individuo.
  • Tratar las complicaciones físicas derivadas de una alimentación restrictiva.
  • Proporcionar educación sobre hábitos alimenticios.
  • Manejar los aspectos psicológicos asociados con cada trastorno, en particular una vez restaurado el estado nutricional.

 

En la actualidad, el modelo de tratamiento basado en la familia es uno de los mejores recursos para la recuperación de pacientes con TCA.

 

Dieta

 

Las siguientes recomendaciones deberán tomarse en cuenta:

 

  • Ingestión de cinco a seis porciones de alimento por día.
  • El o la paciente no debe participar en la compra, elección ni preparación de sus alimentos.
  • Idealmente, el o la paciente debe comer acompañado (a) e integrado (a) a la dieta familiar.
  • No debe ir al baño hasta después de 60 minutos de haber ingerido alimentos, para vigilancia de purgas.
  • Pactar tiempos de actividad física leve a moderada y bajo supervisión.
  • Consumir toda la comida presentada sin negociar raciones.
  • Seguir el orden adecuado de los platos.
  • No triturar ni desmenuzar alimentos.
  • La duración de las comidas debe ser de entre 30 y 60 minutos.

 

Tratamiento psicológico

 

Es importante comprender que, tanto la anorexia como la bulimia, no son problemas de alimentación sino del modo en que la persona se valora y percibe a sí misma. Es decir; estamos hablando de un severo problema de salud mental que tiene tratamiento. La curación de un TCA pasa por un trabajo que incida sobre cuestiones tan básicas como la autoestima, la ansiedad, el perfeccionismo y la impulsividad, relacionadas de manera directa con la psicología del individuo. Así que, ante un hijo con un posible TCA, se le debe de instar a que valore lo que es más importante para él, si estar sano o que la gente no sepa que ha pedido ayuda para resolver un problema que solo no podía superar, y animarle para que acuda al psicólogo/psiquiatra.

 

Puntos clave a considerar

 

Los trastornos de la alimentación son afecciones graves con riesgo alto de mortalidad.

 

  • Las personas con desórdenes de la alimentación pueden tener una apariencia sana.
  • Las alteraciones de la alimentación afectan a cualquier grupo social, cultural, étnico o género.
  • Los objetivos persiguen restaurar el estado nutricional (a través de un plan dietético individualizado y basado en un patrón de consumo saludable), tratar las complicaciones y comorbilidades, brindar educación nutricional (basada en patrones alimentarios y nutricionales sanos), corregir las conductas compensatorias y la prevención de recaídas.

 

Pronóstico

 

Si bien el pronóstico es variable de acuerdo con el momento del diagnóstico y el tipo de padecimiento, existen algunos factores asociados con mal pronóstico, tales como las conductas purgativas, trastornos de personalidad, conflictos familiares y edad de presentación temprana o tardía. Se estima que 20% de las personas con TCA pueden llegar a la cronicidad. Se considera un estado crónico cuando pasados 10 años persisten las ideas restrictivas de la alimentación. Inclusive después de haber logrado una adecuada recuperación nutricional, los comportamientos alimentarios inadecuados como la restricción de grasas, baja variedad dietética, consumo de raciones pequeñas, entre otros, constituyen un factor de riesgo de recaídas y recidivas.

 

CONSEJOS PARA PREVENIR LOS TCA DESDE LA FAMILIA

 

  • La familia es el pilar fundamental de la formación y la educación y juega un papel esencial en el desarrollo de la persona. Una buena comunicación entre sus miembros aclara muchas dudas y resuelve muchos problemas.
  • No es conveniente que transmita, ni que acceda a que su hijo tenga, actitudes de rechazo ante personas con cuerpos diferentes al considerado “normal”, porque ¿Qué es la normalidad en un cuerpo?
  • Si su hijo tiene un trastorno alimentario como anorexia o bulimia debe entender que su curación no depende únicamente de usted, busque ayuda, déjese asesorar y confíe en los profesionales que les atienden.
  • Haga partícipes a otros padres de su preocupación por la creciente incidencia de TCA en los jóvenes, la promoción de cualquier iniciativa, a este respecto, será útil y es necesaria.
  • En la actualidad la vida de todos es muy sedentaria lo que favorece el sobrepeso. Anímese a buscar la manera de realizar con sus hijos actividades más dinámicas, al aire libre, que requieran la realización de ejercicio físico.
  • Es importante que sus hijos tengan unos buenos hábitos alimentarios, que realicen actividad física de forma regular y respeten sus horas de sueño; todo ello es fundamental para llevar una vida saludable.

 

CONCLUSIÓN

 

Los trastornos de la conducta alimentaria son enfermedades graves, crónicas y multifactoriales. El conocimiento de su fisiopatología permite un enfoque integral de tratamiento, en donde la educación de los padres es fundamental para el manejo y seguimiento. Los criterios diagnósticos, permiten la detección y el inicio de terapia temprana, que llevan a un mejor pronóstico.

 

Como ya hemos leído en este artículo, las personas que viven con algún TCA presentan problemas de salud graves y tienen grandes deficiencias nutricionales, es por eso que para completar su tratamiento nutricional te sugiero integrar en su día a día los probióticos de PAVIA como: OM3, Vitamina D3, Magnesio-Ácido Fólico y FreeTx. Esto debido a que por su contenido de las cepas probióticas: Lactobacillus Rhamnosus HN001, Lactobacillus delbrueckii bulgaricus LB-87, Lactobacillus Bulgaricus, Lactobacillus Paracasei LPC-37 y Streptococcus Thermophilus, favorecen a los pacientes a la ganancia de peso de forma rápida y segura, así como también, mitigar los efectos disminuidos por la deficiente salud intestinal y a mejorar la salud mental del paciente. La respuesta antiinflamatoria se fortalece y podría estar relacionada con la regulación del equilibrio de la microbiota intestinal.

 

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LNCA Karla Urbán