¿Qué es la mastitis?
La mastitis es la inflamación de uno o ambos senos que ocurre cuando los conductos mamarios se bloquean, generalmente debido a una acumulación de leche materna no extraída o debido a un exceso de bacterias. Por lo general, afecta a mujeres que están amamantando, aunque puede ocurrir en mujeres que no lo están por otras razones. En algunos casos, la mastitis puede ir acompañada de infección, por la obstrucción de los conductos mamarios, ya que no drenan completamente la leche del seno debido a los cortes que causan aberturas en la piel del pezón, lo que conlleva a que los glóbulos blancos del cuerpo liberen sustancias para combatir la infección, provocando hinchazón y un aumento del flujo sanguíneo.
¿Por qué se produce la mastitis?
Durante la lactancia, la piel del pezón puede romperse, lo que permite que las bacterias que viven en superficie de la piel del bebé y de la boca penetren en el tejido adiposo del seno, a través de grietas en la piel del pezón o de las aberturas en los conductos lácteos. La proliferación de bacterias produce un tipo de flema, lo que dificulta que la leche fluya a través de los conductos mamarios, otra de las causas ocurre cuando los conductos de leche están obstruidos, debido a que, si el seno no se vacía por completo en cada alimentación, uno de los conductos lácteos puede bloquearse y a su vez la leche estancada en el pecho puede ser un caldo de cultivo para las bacterias.
Otras causas incluyen:
- Enganche incorrecto o succión deficiente por parte del bebé
- No dar a libre demanda por tener una ingesta predeterminada
- Extender el tiempo entre cada toma de manera repentina
- Disminución de las defensas maternas asociadas al posparto y al estrés
- Nutrición deficiente
- Cambios y alteración de la microbiota mamaria
- Haber padecido mastitis anteriormente
- Llagas y gritas en la piel del pezón
Signos y síntomas de la mastitis
Existen varios síntomas desde el principio, como inflamación mamaria, sensibilidad, dolor, enrojecimiento y/o sensación de calor, los cuales son los más característicos, pero también se puede presentar:
- Engrosamiento del tejido mamario o un bulto en la mama
- Dolor o ardor continuo o durante la lactancia
- Enrojecimiento de la piel, a menudo en forma de cuña
- Malestar general, parecido al resfriado
- Fiebre de 101 °F (38.3 °C) o más
Se debe tener en cuenta que estos mismos síntomas pueden aparecer como resultado de la disminución de leche durante las primeras 48 a 72 horas de vida del bebé, pero desaparecen cuando el bebé succiona o cuando se extrae la leche de manera manual.
Tratamiento para la mastitis
La extracción frecuente y efectiva es fundamental en el tratamiento de la mastitis, la leche del pecho afectado no representa ningún riesgo para el bebé, sin embargo, debe realizarse un examen médico que ayude a asesorar sobre el tema.
La mastitis es una de las razones por las que algunas mujeres dejan de amamantar, aunque en muchos casos se puede continuar o no interrumpir, dependiendo de la gravedad y el tratamiento que determine el médico, que puede depender de cada caso, ya que se debe recordar que todos los casos son diferentes, por lo que el médico es el único calificado para determinar el tipo de tratamiento a seguir, ya que a veces se recetan antibióticos, mientras que otras veces solo necesita drenar los senos varias veces hasta obtener mejoría.
En algunos casos, los médicos aconsejan continuar amamantando porque la mastitis no es peligrosa para el bebé, pero se debe tener en cuenta que las infecciones pueden cambiar el sabor de la leche materna y aumentar el contenido de sodio, por lo que puede ser necesario un extractor de leche si el bebé se niega a la toma.
Como complemento de la medicación, se recomienda la suplementación con probióticos ya que ayuda a mejorar la microbiota de la leche materna durante la lactancia, ayudando así a prevenir o tratar la mastitis. Dado que los cambios en la microbiota mamaria representan una causa de mastitis, los probióticos son una buena opción de tratamiento. Los probióticos son microorganismos vivos que, ingeridos en cantidades suficientes, tienen efectos beneficiosos, en este caso, reconstruyen la microbiota mamaria.
En PAVIA se encuentra el probiótico OM3, el cual ayuda a modular la respuesta inmune ante las infecciones, proporcionando una mejor protección ante los microrganismos patógenos y el A+C el cual también es coadyuvante en el tratamiento de infecciones.
Ambos contribuyen a regular la composición de la microbiota de la glándula mamaria y así reducir el riesgo de infección, ya que tienen propiedades antiinflamatorias representativas, como agentes inmunomoduladores. Los cuales hacen frente a la infección, con una mejor respuesta inmunitaria y una disminución significativa en el recuento de bacterias en la leche materna, proporcionando una mejoría significativa de los síntomas característicos que se observan en la mastitis.
¡Pavia, probióticos para verte y sentirte mejor!