Lactobacilos para bebés

Lactobacilos para bebés - Salud Digestiva

Introducción:

 

La colonización microbiana del aparato digestivo durante la infancia es un proceso esencial para nuestra existencia. Cada vez resulta más evidente que las interacciones que se establecen en las primeras etapas de la vida entre la microbiota y el ser humano tienen consecuencias muy importantes para la salud. Su posible modulación con el empleo de probióticos y prebióticos ha cobrado un inusitado interés científico en los últimos años, afirmación apoyada por numerosos proyectos de investigación. En pediatría, la creciente evidencia científica hace que la utilización de probióticos y prebióticos a cualquier edad para tratar diversas enfermedades sea cada vez más frecuente, principalmente en problemas gastrointestinales, aunque también se usan con éxito en alergias y en la prevención de infecciones. Paralelamente, las investigaciones abren la puerta a futuras aplicaciones como la obesidad y alteraciones del comportamiento como el autismo.

 

En los últimos años se ha incrementado el interés científico en los beneficios de diferentes cepas de probióticos para la prevención y tratamiento de trastornos gastrointestinales, enfermedades metabólicas, prevención y tratamiento de alergias, y la modulación del sistema inmune en general.

 

Beneficios de probióticos en pediatría

 

En pediatría, se ha demostrado la efectividad de ciertos probióticos en el tratamiento de gastroenteritis agudas, en la prevención y tratamiento de la diarrea asociada a antibióticos, de cólicos del lactante y de eccema atópico. Ciertas cepas de Lactobacilos como, L. rhamnosus ha demostrado ser eficaz en el tratamiento de diarrea aguda en niños, sobre todo en las producidas por rotavirus, acortando en un día la duración. En relación con el cólico del lactante, en un metaanálisis realizado con la administración diaria de L. reuteri DSM 17938, se observó una disminución significativa del tiempo de llanto de 51 minutos por día. Respecto a la obesidad y al síndrome metabólico, se demostró la efectividad de la administración de probióticos de las especies L. plantarum y L. rhamnosus en el mejoramiento del perfil lipídico, reducción del tejido adiposo, disminución del colesterol total sérico, LDL colesterol y triglicéridos, y aumento del HDL colesterol. En las últimas décadas, se ha observado un aumento de casos de alergias alimentarias, respiratorias y dermatológicas, que coincide con una drástica disminución de la diversidad y abundancia de la microbiota intestinal, relacionada a la vez con el aumento de partos prematuros, cesáreas, la reducción de la lactancia materna, el uso de antibióticos, la menor exposición al medioambiente y la excesiva higiene. Apoyando esta teoría de la higiene, los datos epidemiológicos muestran la menor incidencia de enfermedades alérgicas en poblaciones rurales con respecto a poblaciones urbanas. En este contexto, se dirige la atención al uso de probióticos para la prevención y el tratamiento de asma, eccema atópico y alergias alimentarias. Los factores que contribuyen a tener enfermedades atópicas son la alteración de la barrera de la piel y de la mucosa intestinal.

 

El parto prematuro, las cesáreas, los antibióticos y la lactancia materna limitada contribuyen al aumento de enfermedades crónicas no transmisibles en niños. Cierto probiótico ha demostrado ser eficaz en la diarrea aguda y en la diarrea asociada a antibióticos. L. rhamnosus GG, pueden acortar la duración y los síntomas. L. reuteri DSM 17938 y L. rhamnosus GG fueron efectivos para el abordaje del cólico del lactante. El uso de esta cepa en fórmulas infantiles para alergia a las proteínas de leche de vaca promovería la adquisición más temprana de tolerancia. En la prevención de dermatitis atópica, la administración de L. rhamnosus GG durante el embarazo redujo su manifestación en el bebé. Intervenciones microbianas tempranas, como aquellas que emplean probióticos, pueden ser una herramienta nutricional complementaria para el abordaje de algunas de estas patologías.

 

En la Tabla 3 se especifican los procesos gastrointestinales en niños donde están indicados la terapia con probióticos y prebióticos con nivel de evidencia científica 1 y 2 según las guías de práctica clínica de la Organización Mundial de Gastroenterología (WGO).

 

Indicaciones pediátricas

  

Las buenas prácticas de alimentación del lactante y el niño pequeño son indispensables para el completo desarrollo del potencial humano, contribuyen a mejorar la salud de la infancia y a prevenir enfermedades en la edad adulta.

 

Es bien conocido que el período desde el nacimiento hasta los dos años de edad es de suma importancia para la promoción del crecimiento. Después que un niño alcanza los dos años de edad, es muy difícil revertir la falla de crecimiento ocurrida anteriormente.

 

Asegurar una adecuada lactancia materna y alimentación complementaria, ayuda a prevenir tanto la desnutrición, las carencias de vitaminas y minerales, como la obesidad en las primeras etapas de la vida.

 

La alimentación complementaria tiene como uno de sus objetivos el aporte de alimentos nutritivos, variados y suficientes, que respondan a las necesidades del lactante. Esta no debe seguir un esquema rígido, sino que debe tener en cuenta la variabilidad de cada niño, de tal forma que progresivamente vaya incorporando alimentos de todos los grupos al finalizar el primer año de vida. Por esta razón, es esencial asegurar que las personas encargadas del cuidado y salud de los niños y las niñas reciban orientación apropiada en cuanto a la alimentación óptima de lactantes y niños pequeños.

 

Calendario orientativo

 

Recomendaciones para la alimentación complementaria

 

A continuación, te presentamos 5 recomendaciones importantes para comenzar con la alimentación complementaria:

 

  1. Sin condimentos. Se recomienda no añadir sal o azúcar a los primeros alimentos que nuestros bebés van a consumir. Deben de disfrutar el sabor natural de cada uno de ellos. Entre más natural y simple sea el alimento, más fácil será para el bebé digerirlo. Lo ideal es lo hecho en casa, pero si optan por comprar comida de bebé, es importante leer etiquetas y tratar de adquirir productos sin sal o azúcar añadidos, y en la medida de lo posible alimentos orgánicos para asegurarnos de que no estén contaminados con pesticidas o fertilizantes químicos ni tóxicos.

 

  1. Comienzo gradual de un solo alimento. Se sugiere empezar con media cucharada al día de un solo alimento y si no hay reacción alérgica ofrecer un poco más al siguiente día y así sucesivamente hasta completar una porción del mismo alimento (aprox. 10 cucharas de bebé).

 

  1. Alternar alimentos. Posteriormente podemos introducir un segundo alimento y podemos ofrecer media cucharada del alimento nuevo y 9 cucharadas del que ya sabemos que aceptó y no tuvo reacción. Y así hasta completar todos los alimentos que deseemos dar a nuestros hijos (cereales, frutas, verduras, carnes, etc.). Es un proceso largo, pero vale la pena porque es la forma en la que podemos identificar posibles alergias o intolerancias. Y también es la forma en la que el bebé se enseña y acostumbra a pasar alimentos más espesos.

 

  1. Tener paciencia. Cuando ofrezcamos a nuestro bebé su primer alimento sólido es posible que no sepa qué hacer al principio y que parezca confundido, arrugue la nariz, juegue con la comida en la boca o la rechace totalmente. No hay que desesperarnos y hay seguir intentando.

 

  1. Creatividad. Una forma de hacer que comer alimentos sólidos por primera vez sea más sencillo es darle a tu bebé un poco de leche materna y/o leche de fórmula primero. Luego, darle la media cucharada de comida y terminar con más leche materna y/o leche de fórmula. Esto evitará que nuestro bebé se frustre cuando tenga mucha hambre

    Conclusión:

     

    Te recomiendo incluir lactobacilos en la alimentación diaria de tus hijos. Especialmente FreeTx y OM3 de PAVIA ya que puede ser tomados desde bebés a partir de los 6 meses. Bebés de 6 meses a 1 año: 1/3 de sobre diario de FreeTx, bebés de 1 año a 3 años: ½ sobre diario puede ser FreeTx o OM3. Niños de 3 años a 12 años: 1 sobre diario puede ser FreeTx, OM3 y A+C. A partir de los 13 años hasta los 100 años o más, pueden consumir todos.

     

    ¡Cuida del intestino de tus hijos con PAVIA!

     

    LNCA Karla Urbán